Tome a un niño o niña de unos 5 años y abrace una de sus
muñecas (izquierda o derecha, da igual) con un reloj digital; un Casio Alarm
Chrono debería funcionar perfectamente para llevar a cabo nuestros propósitos,
pero cualquier reloj que emita una alarma sonora al transcurrir cada hora
servirá.
El entorno (léase educación) que procure para el infante
será irrelevante para el ejercicio que nos proponemos poner en marcha, incluso
otros factores biológicos y/o genéticos también son descartables, el factor
determinante para el éxito del experimento, radica en nunca, bajo ninguna
circunstancia, retirar el reloj del cuerpo del pequeño.
Al llegar a la adolescencia temprana el sujeto de prueba,
(al cual llamaremos para efectos prácticos S1) mostrará comportamientos
erráticos, ingesta elevada de carbohidratos y otras manifestaciones notables de índole
sexual, intelectual o espiritual. Cuando por lo menos una de estas condiciones
se cumpla, se debe proceder rápidamente,
en un plazo no superior a 3 meses, a ejecutar la acción más importante del
experimento:
Preferiblemente de noche y en condiciones normales, verifique
que S1 se encuentre en una fase de sueño profundo, el movimiento rápido de sus
párpados suele ser un indicador eficaz de que se encuentra en una fase de sueño
REM, este será el momento perfecto para retirar con sumo cuidado el reloj de su
muñeca, el cual procederemos a modificar. Si su S1 porta un Casio Alarm Chrono,
podrá encontrar manuales y documentación adjunta en este documento (en inglés)
para realizar dicha tarea, de poseer otro reloj o modelo, le recomendamos fuertemente
encontrar y estudiar su respectivo manual antes de llegar hasta este punto.
Sea cual fuere el reloj que tenga, ingrese al seteo primario
para cambiar la frecuencia con la que el reloj emite su señal sonora (para
obtener una fórmula o algoritmo exacto, favor remítase a la literatura adjunta) lo importante en esta fase es lograr que en un plazo máximo de 40 años
la alarma que el reloj emita cada hora suene primero cada 59 minutos, luego
cada 58, 57, 56… hasta lograr en este plazo de tiempo que la alarma que debía
sonar cada hora, termine sonando cada segundo.
Adquiera ahora una posición privilegiada para observar a S1 y
podrá presenciar el increíble espectáculo de ver como envejece ante sus ojos
casi 10 años en un solo día.