miércoles, 22 de enero de 2014

La Costumbre



Tome a un niño o niña de unos 5 años y abrace una de sus muñecas (izquierda o derecha, da igual) con un reloj digital; un Casio Alarm Chrono debería funcionar perfectamente para llevar a cabo nuestros propósitos, pero cualquier reloj que emita una alarma sonora al transcurrir cada hora servirá.

El entorno (léase educación) que procure para el infante será irrelevante para el ejercicio que nos proponemos poner en marcha, incluso otros factores biológicos y/o genéticos también son descartables, el factor determinante para el éxito del experimento, radica en nunca, bajo ninguna circunstancia, retirar el reloj del cuerpo del pequeño.

Al llegar a la adolescencia temprana el sujeto de prueba, (al cual llamaremos para efectos prácticos S1) mostrará comportamientos erráticos, ingesta elevada de carbohidratos y  otras manifestaciones notables de índole sexual, intelectual o espiritual. Cuando por lo menos una de estas condiciones se cumpla, se debe proceder rápidamente, en un plazo no superior a 3 meses, a ejecutar la acción más importante del experimento:

Preferiblemente de noche y en condiciones normales, verifique que S1 se encuentre en una fase de sueño profundo, el movimiento rápido de sus párpados suele ser un indicador eficaz de que se encuentra en una fase de sueño REM, este será el momento perfecto para retirar con sumo cuidado el reloj de su muñeca, el cual procederemos a modificar. Si su S1 porta un Casio Alarm Chrono, podrá encontrar manuales y documentación adjunta en este documento (en inglés) para realizar dicha tarea, de poseer otro reloj o modelo, le recomendamos fuertemente encontrar y estudiar su respectivo manual antes de llegar hasta este punto.

Sea cual fuere el reloj que tenga, ingrese al seteo primario para cambiar la frecuencia con la que el reloj emite su señal sonora (para obtener una fórmula o algoritmo exacto, favor remítase a la literatura adjunta) lo importante en esta fase es lograr que en un plazo máximo de 40 años la alarma que el reloj emita cada hora suene primero cada 59 minutos, luego cada 58, 57, 56… hasta lograr en este plazo de tiempo que la alarma que debía sonar cada hora, termine sonando cada segundo.

Adquiera ahora una posición privilegiada para observar a S1 y podrá presenciar el increíble espectáculo de ver como envejece ante sus ojos casi 10 años en un solo día.